LA HISTORIA DEL PSICOANÁLISIS
Estando de alumno de Jean Martin Charcot en el hospital Salpêtrière de París entre los años 1885 y 1886, Sigmund Freud se dió cuenta de que las investigaciones llevadas a cabo sobre la histeria mostraban que mediante la hipnosis se podían inducir, suprimir e intercambiar toda clase de síntomas presentes en los individuos histéricos, sugiriendo una etiología psicológica y no orgánica. Tras esto, Freud propuso la teoría de que los síntomas histéricos y neuróticos tenían como causa núcleos traumáticos reprimidos en el inconsciente por ser moralmente inaceptables para el Yo (teoría que explcaré después) del sujeto. Freud postuló que estos núcleos patológicos consistían en «uno o varios sucesos de precoz experiencia sexual, perteneciente a la más temprana infancia».
y ambulatorios donde se trataba a las clases más desfavorecidas, poniendo en práctica de la "psicoterapia para las masas" de Freud, a raía de esto, se desarrolló un modelo de formación psicoanalítico para lograr la gran cantidad de psicoterapeutas necesarios para convertir en realidad el proyecto. El avance del fascismo europeo durante los años treinta provocó el cierre de estas clínicas, pese a sus buenos resultados clínicos y en investigación, y obligó la emigración forzosa de la mayoría de psicoanalistas europeos
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A lo largo de su historia el psicoanálisis no ha dejado de evolucionar conforme nuevos hechos eran descubiertos. También, debido a los diferentes puntos de vista e interpretaciones de diversos autores, se ha ramificado en varias escuelas y técnicas de intervención. Entre los colaboradores y sucesores más representativos de Freud, aparte de los más arriba mencionados, se cuentan, Otto Rank, Wilhelm Reich, Paul Federn, Hanns Sachs, Oskar Pfister, Max Eitingon, Abraham Brill, Sándor Ferenczi, Karl Abraham, Ernest Jones, Marie Bonaparte, Lou Andreas-Salomé, Karen Horney, Anna Freud, Melanie Klein, Donald Winnicott, Wilfred Bion, Jacques Lacan, Erich Fromm, Erik Erikson y muchos otros que han refinado las teorías freudianas e introducido las propias. Mención especial, por su importancia e impacto en el movimiento psicoanalítico, merecen los autores Carl Gustav Jung y Alfred Adler. Ambos se distanciaron del psicoanálisis, discrepando en especial de la tesis freudiana de la etiología sexual de las neurosis, y propusieron ideas, conceptos y teorías alternativas.
En 1902 nació modesta e informalmente la Psychologische Mittwoch-Gesselschaft o «Sociedad Psicológica de los miércoles». Max Kahane, Rudolf Reitler, Alfred Adler y Wilhelm Stekel se empezaron a reunir en la casa de Freud cada miércoles por la noche. En 1908, se convirtió en la Asociación Psicoanalítica Vienesa (Wiener Psychoanalytische Vereinigung).

Sala donde se reunían en la "Sociedad Psicológica de los miércoles"
En 1910 se fundó la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA), pero no fue hasta 1919 cuando el movimiento psicoanalítico internacional comenzó a extenderse social, geográfica y científicamente, convirtiéndose en un referente no solo de la psiquiatría y la clínica, sino también de la cultura crítica. Influyó en la creación de clínicas (En Berlín, Viena, Londres, Moscú, Budapest y Chicago)
Freud decide abandonar la hipnosis, que se le adjudica como falencia el que tras un período de recuperación, luego de haber sido aplicada, los síntomas retornaban nuevamente, imponiendo la tarea de repetir el tratamiento. este método no permite acceder al trabajo analítico a las «resistencias» del paciente. En cualquier caso, la técnica apuntaba, entonces, a "colegir desde las ocurrencias libres del analizado aquello que él denegaba recordar. Se pretendía sortear la resistencia mediante el trabajo interpretativo y la comunicación de sus resultados al enfermo".
En tercer lugar, Freud abandona conformándose con "estudiar la superficie psíquica que el analizado presenta cada vez, y se vale del arte interpretativo, en lo esencial, para discernir las resistencias que se recortan en el enfermo y hacérselas conscientes". En 1897, coincidiendo con la muerte de su padre, Freud, aplicó a su propia persona la experiencia clínica acumulada y comenzó un estudio profundo de sus recuerdos, deseos y emociones que le permitieron reconstruir su infancia. Este sistemático escrutinio de su psiquismo, considerado acto fundador del psicoanálisis, es conocido como su autoanálisis.